No son una moda ni el típico 'Mario Bros' con el que cualquiera puede identificar un videojuego. Los 'e-sports' son un deporte que mueve masas y que exige una preparación a la altura de un futbolista. No es broma. El Comité Olímpico Coreano ha concedido el rango de deporte olímpico a este fenómeno (que ha llegado para quedarse), mientras que Gobiernos como el estadounidense o el alemán reconocen a los jugadores profesionales de videojuegos como atletas.
¿Pero qué es realmente un 'e-sport' si no es un videojuego al uso?
No todos los videojuegos tienen el rango de deporte electrónico. Actualmente, apenas existe una decena de videojuegos que puedan ser considerados como e-sports (League of Legends, StarCraft, Dota, Counter-Strike, Call of Duty, Hearthstone, Street Fighter, Smash Bros, World of Tanks, FIFA...) y todos ellos deben cumplir una serie de condiciones específicas que, en esencia, son las siguientes:
- El juego permite el enfrentamiento directo entre dos o más participantes que compiten en igualdad de condiciones y cuya victoria está determinada por su habilidad táctica o estratégica.
- Existen ligas y competiciones oficiales reguladas con reglas y formadas por equipos y jugadores profesionales.
- Goza de popularidad y de ser competitivo. Es decir, cuenta con miles de personas jugando y medios de comunicación retransmiten las competiciones.
- Debe promover el afán de superación.
- Un mercado publicitario paralelo que financia la industria y patrocina a los clubes y competiciones (la mayoría de eSports son videojuegos gratuitos).
Los jugadores profesionales de esta modalidad siguen duras rutinas de entrenamiento y sus equipos tienen una estructura como si fueran el Real Madrid o el Barça: entrenadores, fisioterapeutas, analistas e incluso psicólogos deportivos. No solo deben prepararse mentalmente, mantener el cuerpo en forma también es crucial para alcanzar un rendimiento óptimo en partida, por ello muchos mantienen regímenes de alimentación saludables y van al gimnasio.
Al tratarse de competiciones a través de internet, estas son seguidas a lo largo de todo el mundo por miles de personas, aunque las finales también consiguen llenar estadios (Seúl, Berlín, Nueva York, Madrid...). Hoy en día son unos de los mayores eventos mundiales en audiencia con alrededor de 300 millones de personas que los siguen de forma habitual. Por ejemplo, la final de League of Legends alcanzó los 36, más que la final de la NBA o del mundial de Rugby.
El crecimiento de los e-sports es imparable. Hay estudios que los sitúan en unos años generando ingresos por encima de la Champions League, así como sus audiencias, conforme sus seguidores vayan creciendo en edad y entren otros nuevos más jóvenes nacidos en la era digital. La tensión, la concentración, las estrategias, los reflejos... todo esto hace de los deportes electrónicos uno de los espectáculos más emocionantes. E irán a más.