“Logroño Deporte ha abordado en los últimos años una continua renovación de sus salas de musculación, tanto en espacios como en equipamientos. Hemos adquirido aparatos nuevos por ofrecer un mejor servicio, lo que no quiere decir que los antiguos estuvieran inservibles. Además, sentimos la necesidad de aprovechar todos los recursos al máximo y esta línea de trabajo la hemos aplicado también a estas máquinas retiradas. Las revisamos y las sometimos a una puesta a punto por parte de nuestros técnicos y las pusimos a disposición de colectivos que pudieran estar interesados. Lo mismo ocurrió con los aparatos de musculación que utilizaba en su día el Club Deportivo Logroñés y estaban depositados en Las Gaunas. Eran máquinas de diseño antiguo pero de calidad y que realmente habían tenido muy poco uso. Era una lástima tenerlas allí abandonadas, y mucho peor tirarlas”.
Así explica el concejal de Deportes, Rubén Antoñanzas, la idea que ha dado origen a que varias entidades sociales y deportivas de la ciudad dispongan ya de unos aparatos de entrenamiento sin coste alguno.
Hace unos meses fue la Cocina Económica la que recibió tres bicicletas estáticas, un step y un banco de abdominales; y más recientemente, el Club Deportivo Varea y la Federación de Tenis.
En concreto media docena de aparatos cardiovasculares y de peso que fueron del CD Logroñés ofrecen ya un buen servicio a los chavales que entrenan y juegan en el Campo Municipal de Varea. Allí, en un pequeño gimnasio anexo a los campos, permiten a los futbolistas completar su formación física.
La Federación de Tenis por su parte ha recibido tres bicicletas estáticas, que ya se encuentran ubicadas en las instalaciones de Prado Salobre, en las que los tenistas entrenan.
Durante la pandemia estos aparatos también cumplieron un importante cometido. Logroño Deporte los cedió a deportistas de élite que debido al confinamiento no podían desplazarse a los gimnasios para mantenerse en forma. “Abrimos una convocatoria pública con unos requisitos y a todos los interesados se los llevamos hasta sus casas para que pudieran entrenar. Fue una contribución de Logroño Deporte en aquellos momentos y una experiencia muy bonita porque muchos deportistas estaban pasando un mal trance por no poder salir de casa y no poder entrenar”.