La práctica de cualquier deporte estimula tanto la salud física como la mental, pero en el entorno familiar estimula la unión y el compañerismo entre los padres y los hijos. Además de mejorar la comunicación, permite la creación de hábitos saludables y genera vínculos que pueden mantenerse hasta la adultez.
Ocupar el tiempo libre de ambos con la práctica deportiva sirve a los padres para liberar el estrés de los días de trabajo (y mantenerse en forma sin grandes esfuerzos), mientras que para los niños sirve como mantenimiento de una mente sana, estimulan su desarrollo físico y reciben afecto, confort y seguridad de su entorno familiar.
Un estudio de la Universidad de Purdue, en Indiana (Estados Unidos) señala que el ejercicio planificado, organizado y en equipo proporciona pequeños beneficios: actividad física regular, autoconfianza, amistad, concentración y disciplina. Si a esto se le une la figura paterna o materna, indican varios expertos, se generarán vínculos positivos al ver el niño cómo sus padres comparten su tiempo "entrenándole" o comprobando sus pequeños progresos.
El fortalecimiento del desarrollo físico y psicológico de los niños es otro punto a tener cuenta, al tiempo que adquieren valores de respeto y tolerancia. Además, explican expertos en la materia, ayuda a la adquisición de normas, el mayor control de la impulsividad y, en definitiva, una mejor integración en la sociedad.
Las actividades deportivas entre padres e hijos favorecen el intercambio de experiencias. El sentirse parte de un grupo y de un equipo ayuda a los más pequeños a aprender y aceptar esa responsabilidad, además de conocer y mejorar la disciplina, el respeto al prójimo, la puntualidad y la educación.
Los psicólogos alertan de un pequeño pero: "Es una actividad de mucha paciencia por parte de los padres en el desarrollo del juego y los roles de cada uno. Y por parte de los hijos, requiere tolerancia en el conocimiento de sus capacidades y compromiso para que se convierta en una convicción de vida junto con sus otras responsabilidades, esto con el fin de crear en los niños una actitud positiva hacia el deporte".
"En primer lugar el deporte debe ser agradable para los padres, de lo contrario se enfrentarían entre la obligación y el gusto, por esta razón la integración se debe dar desde el deseo de ambas partes, se plantea como una actividad innovadora y divertida en donde los padres dedican tiempo a sus hijos, dando la oportunidad de demostrar su cariño y dedicación", concluyen.