Salva Díez (21 de abril de 1963, Albelda de Iregua) "se retiró" del baloncesto en el 2003 con más de 12.000 minutos jugados en ACB y tras pasar por Pamesa Valencia, Caja San Fernando y FC Barcelona, entre otros. Se retiró como profesional, pero no como jugador de baloncesto. A los grandes deportistas siempre es difícil apartarlos de las canchas y los terrenos de juego. En la actualidad, disputa el torneo municipal de baloncesto que organiza Logroño Deporte en colaboración con la Federación Riojana de Baloncesto.
¿Cómo llega un jugador del FC Barcelona al torneo municipal de Logroño?
Me retiré de jugar al baloncesto y estuve un tiempo como entrenador. Luego también estuve haciendo una vida laboral distinta al baloncesto, pero siempre me seguía atrayendo: jugaba algún torneo o algún partido de los veteranos del Barça, pero quería hacer algo durante la semana y con más continuidad. Primero empecé en una liga 3x3 y el año pasado ya empecé 5x5. Así me mantengo en forma y sigo disfrutando.
¿Cómo es este campeonato?
Hay un gran ambiente y nos conocemos todos los jugadores de distintas épocas del baloncesto riojano. Yo paso de los cincuenta años y coincides con jugadores de cuarenta, treinta... y algunos jóvenes. Lo mejor de todo es el buen ambiente que reina. ¿Lo peor? El ritmo al que jugamos (y se ríe), ya tengo casi olvidado el profesional. Ahora hago todo más despacio y controlando más el juego.
¿Cómo vive ahora el baloncesto?
Lo vivo con una intensidad máxima, lo que pasa es que el cuerpo no da para lo que pide la cabeza y te tienes que adaptar a los años y a la forma física. Pretendo que el juego que tanto me gusta me siga manteniendo en forma y seguir jugando. Querer jugar y pasarlo bien sigue estando en mí. Me anima y es lo que me anima a jugar en este tipo de competiciones. Juntarse los martes y viernes, con los días de entrenar más las cenas, eso es lo que hace el ambiente del buen baloncesto.
¿Con qué momento se queda del torneo?
Me quedo que el equipo ha subido posiciones respecto a la liga pasada y con que nos juntamos con la ilusión de ganar. No pasamos de ello como algo rutinario y queremos hacer las cosas bien. Cada uno sabe cómo se tiene que adaptar en el juego para seguir a un buen nivel y rememorar aquella época del Wamba.
¿Ve un futuro ligado al baloncesto?
Ahora mismo estoy buscando alguna actividad que hacer y la verdad es que sí me gustaría dedicarme a entrenar. Si no me surgiese ningún trabajo, estable, sí me gustaría dedicarme al baloncesto.
¿Qué ha significado para usted?
Lo ha sido casi todo en mi vida. No todo porque hay mucho más. Lo he pasado muy bien en todos los sitios, he conseguido amistades que perduran y me ha dado el reconocimiento a nivel social que puedo tener en Logroño y otras ciudades. Le estoy eternamente agradecido a este deporte. Lo he pasado muy bien y lo he dado todo para estar a un gran nivel. Es importante para mí que me sigan recordando y me hace feliz.