Tiene origen colombiano y está de moda como manera de hacer deporte. Salsa, merengue, cumbia, reguetón, samba... los ritmos latinos son el hilo conductor de una actividad que cada vez gana más adeptos en todo el planeta. Se trata de la zumba, un entrenamiento que combina los movimientos de baile con una serie de rutinas aeróbicas que lo convierten en un combinado perfecto para mantener un cuerpo saludable. "La zumba es una fiesta, es alegría, es evadirte de tus problemas y aprender a bailar", cuenta Marielis Melis, monitora de Logroño Deporte.
Una de las claves del éxito que tiene esta actividad, explica Marielis, es que la gente no lo ve como un entrenamiento sino como un simple baile, "algo que haces cuando te lo pasas bien como si estuvieras de fiesta con tus amigos", por lo que por eso hay cada vez más y más personas que lo practican: "Cada vez viene más gente a las clases y bailan mejor. Están aprendiendo. Se nota ese carisma de la gente, que es lo mejor, y contagian su alegría en cada actividad".
Otro de sus pilares es que apenas tiene exigencia para ser practicado: da igual la edad, el sexo, la condición física, etc. "Yo tengo alumnos de todas las edades", comenta esta especialista, quien también quiere desechar los tópicos de los inicios de esta práctica: "También tengo hombres en mis clases, esto no es algo solo para mujeres porque se trate de bailar". "Quien no se apunta a zumba se está perdiendo lo mejor del mundo porque cada día es una fiesta y eso hace que a la gente le apetezca volver", añade.
Marielis habla de la zumba como un deporte, aunque siempre deja el tema físico en un segundo plano, le gusta destacar como elementos más importantes el corazón y la cabeza. "Todos tenemos muchos problemas y lo que queremos en clase es dejarnos llevar por la música, disfrutar con lo que estamos haciendo en ese momento", indica, apuntando que los beneficios son prácticamente instantáneos porque casi todo se olvida cuando la música empieza a sonar.
¿Y si alguien no sabe bailar? Que no se preocupe, todavía no hay exámenes ni ponen notas. Lo importante es la felicidad.